miércoles, 14 de agosto de 2013

Next stop


Un autobús parado frente a ella con las puertas abiertas. Respira tres veces y sube uno a uno los tres escalones del autobús número 157. Las puertas se cierran y el autobús se marcha con su ruido de motor viejo y oloroso.

La parada de autobús se ha quedado vacía en la noche. Mañana será de nuevo lunes. Mañana por la mañana la parada de autobús estará a rebosar de gentes con prisas, gentes soñolientas, gentes recordando el fin de semana y gentes anticipando la jornada. Pero entre toda esa gente, nadie se dará cuenta de las dos marcas de fuego que dejaron los pies de Ella cuando imaginó un sentimiento. Nadie se percatará de que tan solo unas horas antes, allí hubo alguien que decidió dejar de esperar a la nada y coger por fin el autobús que la llevaba a casa. 

Nos vamos. (Mi corazón y yo.)